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El Canoero del Caicara

El amigo

Se trata de Luis José, el amigo

Toda la vida lo conocí como Orlando y care’mono. Cuando nos encontrábamos nos llamábamos “mono”. Era nuestra forma de saludo, “ mono ¿cómo estás? " fuese él o yo.

Mi amigo, Luis José Aguilera nació en el caserío Las Casitas el 23 de diciembre de 1954. Hijo de Juana Josefa Aguilera, mejor conocida como Mana y de Chuchu Lavado.


Es el tercero de 10 hermanos.


Cursó estudios de primaria en el Grupo Escolar José Antonio Páez; y sí, fuimos compañeros de escuela hasta el sexto grado.


Debido a su carácter, aptitud y manera de ser participamos activamente en todos los actos culturales que se realizaban en esa época. Actuamos en obras de teatro, bailes, deportes y demás actividades académicas que exigían para lograr superar la primaria.

Una vez finalizado el sexto grado y debido a imposibilidad de seguir estudios en el pueblo porque no había bachillerato debió viajar a Achaguas a la escuela granja y realizar algunos cursos.


Regresa a Mantecal y decide viajar a Caracas con parte de su familia donde realiza algunos trabajos en empresas como Sherwin Williams.


En otro momento de su vida viajó a Puerto Ordaz y trabajó tres años en Sidor.


Luis José en Mantecal y seguramente en todos los sitios donde vivió lo conocen por Orlando o cara e’ mono; el caso es que fue presentado inicialmente como Jesús Orlando, inclusive fue bautizado con el mismo nombre, pero, cuando cursaba estudios en la escuela técnica, perdió sus documentos y su papá Don Chuchu lo volvió a presentar para recuperar sus papeles y lo registró con el nombre de Luis José. Así quedó permanentemente registrado hasta el momento de su desaparición física.


Orlando era una persona de buen humor y mejor carácter, le gustaba echar broma y compartir con sus amistades; muy buen deportista.

Desde muy pequeño mostró que tenía agilidad y habilidad para los deportes y los juegos en general. Se destacó mayormente en voleibol, béisbol y softbol; participaba activamente en las competencias que se organizaron en estos deportes.


Eramos dos para todo, para jugar metras, bañarnos en el caño, jugar bolivol o cualquier deporte, como olvidar las competencias de palo encebado, de sacos, de la cucharilla con huevo; los carnavales buscando la iguanas para extraerle sus huevos coserlas de nuevo y dejarlas ir, comer madroñas y merey por la costa del caño. Que de tiempos con mi pana mono. En un momento de nuestras vidas fue mi leal compañero de viajes de Mantecal a Caracas.


Cuando finaliza su trabajo en Puerto Ordaz regresa a su pueblo natal y se incorpora a trabajar en la Alcaldía de Muñoz.

Su último trabajo lo realizó en el Hospital Martin Lucena como chofer de ambulancia.

Durante su desempeño en este cargo mostró su gran calidad humana, debido a que siempre estuvo dispuesto a salir en ayuda de quien requería de sus servicios para hacer viajes fuera del pueblo, siempre que fuera para atender a un enfermo y su familia.


También se desempeñó como jefe de transporte. En este cargo compartió mucho con uno de sus compañeros con quien pasó los últimos años de su trabajo, su partner por así decirlo, Miranda.


En su desempeño laboral no ponía reparos con tal de ayudar y apoyar, siempre de buen humor y entusiasta, siempre dispuesto.

Se casó por civil en Mantecal con Aura Sánchez (pepina); esta relación duró pocos años; en general su vida sentimental fue muy inestable. De sus relaciones llegó a tener varios hijos, entre ellos se pueden nombrar a: Karelis, Orlando Javier, Luis Orlando, Jesús Orlando, María Estrella, Luis Jesús, Luis José y Arnoldo.


Para el año 2015 comienza a padecer de dolores de cabeza y de la garganta; busca asistencia médica y es diagnosticado con carcinoma orofaríngeo. Se somete a tratamiento médico siguiendo las instrucciones para este tipo de enfermedad. No resistió el tratamiento y para el 01 de agosto de 2016 falleció en Caracas a causa de un paro respiratorio.


De esta manera se apaga a la luz de un joven del pueblo, una persona de buenos sentimientos, apreciado, estimado y querido, un amigo, buen amigo, mejor amigo.


Saludos mono, me alegra poder escribir algo sobre ti, mucho que agradecerte; tus recuerdos pululan por el pueblo donde te criaste y dejaste tus semillas. Seguro estoy debes estar en un sitio muy especial. Desde este lugar saludos a Doña Juana, sus estimados hermanos y resto de familia.

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